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Con la decisión de Erdogan de retirar a Turquía del Convenio de Estambul, los derechos de las mujeres están en peligro y se ha sentado un precedente amenazador para los regímenes autoritarios.

El 20 de marzo, el presidente Recep Tayyip Erdogan firmó un decreto para retirar a Turquía del Convenio del Consejo de Europa para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, más conocido como Convenio de Estambul. Fahrettin Altun, jefe de medios y comunicaciones de la presidencia turca , utilizó un razonamiento homófobo para justificar la decisión de Erdogan. Altun declaró que la Convención de Estambul se la habían “apropiado un grupo de personas que intentan normalizar la homosexualidad» y que es contradictoria con los valores sociales y familiares turcos, que tienen sus raíces en el Islam.

El decreto de Erdogan supone un revés enorme para los derechos de las mujeres en Turquía, un país con altos índices de feminicidio y violencia contra las mujeres. Aunque el gobierno turco no lleva un registro de la violencia contra las mujeres, el grupo feminista turco We Will Stop Femicide informa que 474 mujeres fueron asesinadas en Turquía en 2019, principalmente por sus parejas o familiares. Con el aumento de la violencia doméstica debido a los confinamientos por la pandemia del COVID-19, la retirada de Turquía envía la señal de que los autores de la violencia contra las mujeres quedarán impunes.

La medida también tiene implicaciones alarmantes para el estado de democracia en Turquía. Si se acepta la medida unilateral de Erdogan de retirarse de un acuerdo internacional que ha sido ratificado por el Parlamento, significaría efectivamente que el presidente turco puede derogar cualquier legislación nacional o tratado internacional existente. La separación de poderes dejaría de existir en Turquía.

La medida de Erdogan también atenta contra el proceso de «Denuncia» establecido en el artículo 80 del Convenio de Estambul. «Cualquiera de las Partes podrá, en cualquier momento, denunciar el presente Convenio mediante una notificación dirigida al Secretario General del Consejo de Europa. Dicha denuncia surtirá efecto el primer día del mes siguiente a la expiración de un plazo de tres meses a partir de la fecha de recepción de la notificación por el Secretario General.» Un simple decreto presidencial no es suficiente a efectos legales para retirar a Turquía del Convenio.

Politización del Convenio de Estambul

El Convenio de Estambul es un marco jurídico que pretende eliminar la violencia contra las mujeres, proteger a las víctimas y perseguir a los agresores. El tratado está redactado para subrayar el efecto desproporcionado de la violencia sobre las mujeres y llamar la atención sobre la desigualdad histórica entre mujeres y hombres. Aunque su único objetivo es prevenir la violencia contra las mujeres, Erdogan lo está politizando para apaciguar a los partidarios conservadores y nacionalistas haciendo hincapié en el papel tradicional de la mujer como madre y esposa.

En las últimas dos décadas, Erdogan y su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) han creado un sistema autoritario e intolerante con la disidencia. La denuncia del Convenio de Estambul por parte de Erdogan pretende satisfacer a la base de votantes conservadores del AKP, que ha sido incapaz de frenar los altos niveles de inflación e impulsar el empleo. La depresión económica de Turquía no ha hecho más que agravarse con la pandemia del COVID-19.

La medida de Erdogan también reafirma su posición de líder autoritario. Al atacar a los defensores de los derechos de la mujer que critican a Ankara por no aplicar las medidas de protección previstas en este tratado de derechos humanos, Erdogan está intensificando su ataque a la democracia.

La oposición de las mujeres

Académicos y juristas constitucionales turcos han señalado que la medida unilateral de Erdogan va en contra de la Constitución turca, citando el principio de separación de poderes. La retirada de Turquía del tratado requeriría una ley interna que revocara la ratificación turca del Convenio de Estambul. La abogada turca Sedef Erken ya se ha opuesto a la retirada presentando un recurso de anulación en el que argumenta que no es competencia del presidente retirarse de un acuerdo internacional aprobado por el parlamento mediante un simple decreto. Erken es una de las muchas abogadas que han indicado que lucharán contra el decreto de Erdogan por todos los medios legales.

Además de las acciones legales, las reacciones en las redes sociales y las protestas están presionando al gobierno turco. Miles de mujeres turcas salieron a las calles de Ankara y Estambul los días 20 y 27 de marzo para exigir a Erdogan que revierta su decisión y hay más protestas previstas. Según un informe de la BBC, las manifestantes llevaban pancartas con lemas como «El Convenio de Estambul salva vidas», «Protege a las mujeres, no a los autores de la violencia» y «No aceptamos la decisión de un único hombre».

La retirada del Convenio de Estambul ha distanciado a Turquía del Consejo de Europa, del que sigue siendo miembro. La secretaria general del Consejo de Europa, Marija Pejčinović Burič, hizo eco de las opiniones de las mujeres y niñas turcas al afirmar que la medida de Erdogan es una «noticia devastadora.» La próxima conferencia prevista para el 11 de mayo con motivo del décimo aniversario del Convenio de Estambul, organizada por el Consejo de Europa y la Presidencia alemana del Consejo, es otra oportunidad para que las mujeres turcas expresen su oposición a la retirada del Convenio de Estambul.

Imagen: 27 de marzo de 2021, Estambul, Turquía: Los manifestantes sostienen pancartas durante la manifestación. La gente se reunió en Kadikoy para protestar contra la decisión del gobierno turco de retirarse del Convenio de Estambul, un tratado internacional diseñado para proteger a las mujeres de la violencia de género. Estambul, Turquía. © IMAGO / ZUMA Wire
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